El amantillo es uno de cabos que forman parte de la jarcia de labor, también llamada jarcia móvil o jarcia viva, de un velero. Son todos aquellos elementos de cabuyería que utilizamos para gobernar el barco, controlando la posición y despliegue de las velas en base a circunstancias como el oleaje, la fuerza del viento, etc.
Todos estos cabos tienen funciones muy específicas, y, en conjunto, son imprescindibles para la buena navegación de nuestro navío. El amantillo es un cabo náutico trenzado que va desde la punta del mástil hasta los extremos de la botavara y el tangón. La botavara es la percha o mástil horizontal, de menor tamaño, perpendicular al mástil principal de la embarcación; el tangón es una percha suplementaria de que sale desde el costado del barco o desde la mesa de guarnición de proa. En ambos casos, la función del cabo que llamamos amantillo es sostener ambos elementos, bien en posición horizontal, bien en cualquier otro ángulo determinado, en función de lo que nos interese. La función del amantillo no es solo mantener la verga en la posición que nosotros escojamos, sino también soportar el peso de los miembros de la tripulación que se coloquen encima cuando sea necesario trabajar sobre la vela para, por ejemplo, tomar rizos (es decir, reducir la superficie de las velas expuesta al viento). Podemos distinguir hasta tres tipos de amantillos, según su posición: amantillos de las vergas, amantillos de la botavara y amantillos de pluma.
Los amantillos de las vergas sujetan las perchas menores y se subdividen, a su vez, en dos tipos: sencillos y dobles. Los amantillos sencillos constan, como su propio nombre sugiere, de un solo cabo, mientras que los amantillos dobles están compuestos por dos cabos, o por uno solo que pasa por un agujero en el extremo de la verga.
Los amantillos de la botavara se encargan de mantener en su posición esta percha secundaria. Se utilizan diversos sistemas de sujeción, como, por ejemplo, chicotes firmes en los cáncamos del zuncho, con los senos a través de orificios en el calcés del mástil. Y, finalmente, los amantillos de pluma, también llamados amantillos de puntal, que cumplen la función de izar y arriar las plumas o puntales.
En inglés, la lengua naval por excelencia, al amantillo se lo conoce como lift. Esta palabra, que también significa ascensor y tiene un sentido general de elevar o hacer subir, da buena cuenta de para qué se utiliza el amantillo: elevar, o mantener elevadas, ciertas perchas de nuestro barco.
El amantillo puede utilizarse también en algunas ocasiones para ayudar en el trimado del barco, esto es, en el ajuste del velamen según la dirección y la fuerza con la que sople el viento y las condiciones del mar. Gracias al amantillo, podemos controlar la tendencia de la botavara a subir y bajar cuando sopla el viento. Como pasa con todos los demás cabos que utilizamos para manejar las velas y el aparejo de nuestro navío, es muy importante que el amantillo esté formado por unmaterial capaz de resistir tanto el trabajo y la tensión como el constante, e inevitable, efecto de los elementos. Cierta flexibilidad también es interesante, ya que todos los cabos, salvo, tal vez, las drizas, deben poder soportar golpes de tensión fortuitos, ser anudados, etc.
Los materiales más habituales son el poliéster, muy resistente, el nylon, que presenta una gran flexibilidad, y el polietileno Dyna, extremadamente fuerte. También pueden ser interesantes alternativas como el polipropileno, que tiene la propiedad añadida de la flotabilidad. Debe tenerse en cuenta también que los cabos en muchas ocasiones tienen un material en el alma, o centro, y otro en la funda protectora, que evita que el agua, la sal, la arena y la radiación ultravioleta dañen la soga.
También al igual que los demás cabos, el amantillo requiere un cuidadoso mantenimiento para que no pierda rendimiento: enjuagues con agua dulce, lavados anuales con detergente, etc.
Ya hemos visto que el amantillo, como todas las demás sogas de la jarcia viva, cumple un papel fundamental en el manejo de nuestro barco. Así, conocer sus funciones y mantenerlo en perfectas condiciones será muy importante si queremos que nuestro velero pueda dar lo mejor de sí mismo durante la navegación.