El balumero es uno más de los diversos cabos náuticos trenzados que sirven para manejar el velamen de un barco. Gracias a estos cabos, que en conjunto conocemos como jarcia de labor, podemos gobernar el velero, controlar su dirección, velocidad, la superficie que se opone al viento y mucho más.
Al balumero también se lo conoce como relinga de baluma. Pero comencemos por lo fundamental: ¿qué es la baluma?
La baluma es uno de los tres lado de la vela mayor de una embarcación. Si visualizamos la vela como un triángulo rectángulo, podremos situar con mayor facilidad sus partes: el lado inferior, de menor longitud, es el pujamen; el lado que forma un ángulo recto con el pujamen es el grátil; finalmente, el lado de mayor longitud que forma sendos ángulos agudos con los otros dos es el que nos interesa en este caso, la baluma.
En términos náuticos, la baluma es el extremo de la vela que va desde el puño de driza (ángulo superior) al puño de escota (ángulo inferior). La regulación de la baluma es uno de los factores más importantes, en realidad determinantes, para la navegación dentro del trimado del barco. Entendemos por trimar (del inglés to trim, recortar o ajustar), los ajustes necesarios en el aparejo y el perfil de las velas según las condiciones que ofrezcan el mar y el viento.
La regulación de la baluma es, decíamos, una de las técnicas más importantes en un velero. Y esa regulación se realiza gracias este cabo, el balumero o relinga de baluma.
Mediante el uso del balumero, podemos mantener la baluma tensada en función de la dirección y la potencia del viento, evitando de esta manera que esa zona de la vela caiga a sotavento -la dirección opuesta a aquella de la que sopla el viento-y flamee, es decir, que se sacuda sin control a causa de la fuerza del viento.
Como sucede con otras sogas de la jarcia de labor, el trabajo del balumero es crucial para que nuestro velero continúe navegando en buenas condiciones: sin un adecuado trimado de la baluma, el navío no puede avanzar a pleno rendimiento y aprovechar totalmente la energía del viento.
El otro nombre que recibe este cabo, relinga de baluma, hace referencia a las relingas, cabos cosidos en el grátil o el pujamen de la vela (recordemos, el lado paralelo al mástil y el perpendicular y de menor longitud) que sirven para reforzarla. El nombre relinga de baluma hace alusión a la función de este cabo, que no es otro que, precisamente y como ya hemos explicado, reforzar la baluma durante la navegación.
Cabe mencionar que no todas las velas cuentan con un balumero. En esos casos, la tensión de la vela se controla con los demás cabitos: escota, contra, pajarín, etc.
Al igual que sucede con el resto de elementos de cabuyería de nuestro velero, para el balumero podemos optar por diferentes materiales, todos los cuales presentan diversas ventajas y desventajas: poliéster, nylon, aramida, polipropileno, polietileno Dyna, etc.
En el caso del balumero, deberemos tener en cuenta especialmente la gran carga de trabajo que esta soga deberá soportar. Es decir, nos interesará escoger un cabo hecho de un material especialmente resistente. Si bien todos los materiales que hemos indicado podrían servir, el más recomendable es el polietileno Dyna, una fibra sintética extensamente utilizada en el mundo náutico, más resistente que el acero.
El polietileno normalmente sirve como alma del cabo y está recubierto por una funda de poliéster, otro material sintético que es muy resistente a la abrasión, los rayos del sol, el salitre y el agua, todos ellos elementos con los que nuestros cabos estarán permanentemente en contacto.
Si bien la vida media de una soga es de aproximadamente un año, un buen mantenimiento y cuidados expertos serán imprescindibles para mantener nuestro balumero en buenas condiciones de operatividad y rendimiento durante todo ese tiempo, elijamos el material que elijamos.
Conocer los cabos de nuestra embarcación es fundamental para poder gobernarla eficazmente, y, en ese sentido, el balumero es un componente de la jarcia de labor que manipularemos de forma muy habitual. Así pues, comprender su función y cómo sacarle partido nos hará la vida mucho más sencilla cuando nos lancemos a surcar las olas.