La navegación costera es una de las más practicadas hoy en día, especialmente durante el período estival. Es sin duda la más indicada para todos aquellos que se estén iniciando en el mundo de la navegación, ya que los riesgos son mucho menores, y los permisos que se exigen, menos estrictos.
Navegar en un crucero costero es una experiencia muy atractiva: permite hacer turismo puerto por puerto, bañarse en mar abierto o, simplemente, disfrutar de la incomparable sensación de gobernar un barco.
Para la navegación costera, o costanera, la ley nos exige estar en posesión del titulo de Patrón de Embarcación de Recreo, también conocido simplemente como PER y apodado “el titulín”. Como norma general, este certificado nos habilita para gobernar barcos de hasta 15 metros de eslora en la zona de navegación comprendida entre la costa y las 12 millas náuticas. También podremos navegar entre las diferentes islas de un archipiélago.
¿Cuáles son los requisitos para obtener este título y lanzarnos a navegar? Muy sencillos: deberemos ser mayores de edad, superar un test de aptitud psicofísica, realizar unas prácticas de seguridad y navegación y, por último, aprobar un examen teórico. Obtener el PER no es muy diferente de sacar el carnet de conducir, y es que, en realidad, eso es lo que vamos a hacer: conducir, o dirigir, nuestro propio barco. ¡Nada menos!
Navegar por zonas costeras es más seguro que hacerlo en alta mar, pero también existen limitaciones, principalmente en cuanto a la distancia a la que podemos acercarnos a las playas (no menos de 200 metros, para no dañar a bañistas y buceadores) y los lugares en los que fondear, sobre todo en el mar Mediterráneo, donde existen muchas áreas protegidas.
Una vez en posesión del PER, la navegación por la costa ofrece un sinfín de posibilidades. Existen numerosas rutas de navegación, para todos los gustos, que permiten conocer calas solitarias, puertos llenos de vida y actividades de ocio, paseos entre la tierra y el océano, cuevas ocultas en acantilados… como vemos, una vez iniciados en el mundo de la navegación, es muy difícil llegar a aburrirse.
Como estamos comprobando, este tipo de navegación está muy unida al deporte: surf, windsurf, motos acuáticas, esquí náutico, submarinismo, snorkeling… son solo algunas de las muchas actividades deportivas que se pueden practicar durante una escapada para navegar. Al ser una experiencia situada a medio camino entre la tierra y el mar, las posibilidades son prácticamente infinitas.
Un mito recurrente que aleja a muchas personas de la náutica costera tiene que ver con el dinero: existe la idea de que la navegación, incluso en su nivel más sencillo, resulta cara, o incluso prohibitiva, para la la mayoría de la gente. Y no hay razón para que sea así: en este deporte, o deberíamos decir en esta forma de vida, los precios son hoy mucho más asequibles que en el pasado. Además, tenemos también la posibilidad de unirnos a un club náutico, con lo que podremos disfrutar de la experiencia de navegar sin tener que mantener una embarcación de manera permanente.
En España encontraremos fácilmente un gran número de estos clubes náuticos. Y es que nuestro país es un destino muy habitual para los amantes de la navegación costera: una interminable línea de costa, más de 300 puertos deportivos, amarres, estaciones náuticas… cualquier tipo de viaje marinero puede hacerse realidad aquí. Son especialmente habituales los trayectos por las islas Baleares, las costas del Mediterráneo y el mar Cantábrico.
Aunque no estemos en alta mar, deberemos tener en cuenta que es nuestra responsabilidad cuidar de nuestro barco, nuestros acompañantes y nuestro entorno. Será fundamental mantenernos atentos a otros navíos, posibles avisos de mal tiempo y cualquier otra circunstancia que pudiera ponernos en peligro. En el mar, incluso cerca de la costa, nunca es buena idea dar nada por sentado. De hecho, muchos patrones deciden, sobre todo al principio, contratar por horas a un patrón profesional que les sirva de guía.
Sean cuales sean el barco, la ruta de navegación o la experiencia del patrón, de lo que no cabe duda es que la navegación por la costa es una vivencia entretenida e increíblemente enriquecedora. Una buena forma de pasar unas vacaciones diferentes, o, para muchas personas, un fascinante estilo de vida.
