Las contras y trapas son cabos náuticos trenzados que forman parte de la jarcia de labor de un velero, esto es, del conjunto de sogas que, como la driza o las escotas, manipularemos habitualmente para controlar el avance, la dirección y la velocidad de nuestro barco.

Comencemos por las trapas. La función de las trapas en una embarcación puede parecer muy específica y por lo tanto menor, pero en realidad es crucial: las trapas son los cabos que mantienen las botavaras y tangones fijos en la parte inferior del barco, evitando de esa manera que suban y embolsen las velas de forma repentina o involuntaria.

La botavara y el tangón suelen llamarse, en terminología náutica, perchas. Son las vergas perpendiculares a los mástiles principales del barco, junto a los que forman una ele o una cruz, según el tamaño de la embarcación. Estos sistemas sujetan la parte inferior de las velas y están unidos a ellas por otros cabos denominados escotas, que sirven para mover el velamen según la dirección del viento, y hacer así avanzar el navío.

Con el viento ejerciendo presión y un efecto de succión sobre las velas (eso es lo que hace que el velero navegue, como es evidente), la botavara y el tangón tienen tendencia a subir por la fuerza de este empuje. Las trapas son, como señalábamos líneas arriba, las jarcias encargadas de mantener estas perchas en su sitio. También tienen la utilidad de embolsar y desembolsar las velas cuando lo necesitemos.

El papel de estas sogas en la navegación es, por lo tanto, mantener el barco en movimiento y controlar su estabilidad cuando el viento infla las velas y el mástil comienza a deformarse por la enorme presión, empujando la botavara y el tangón hacia arriba.

Las contras, que en ocasiones también se suelen llamar retenidas, complementan en cierta forma el trabajo que ejercen las trapas. Su función es, igualmente, sujetar la botavara, pero en este caso desde la base del palo y con el objetivo de evitar que el barco realice una trasluchada involuntaria.

¿A qué nos referimos con una trasluchada? Trasluchar es una de las muchas maniobras que se pueden realizar en un barco de vela, aunque tiene fama de encontrarse entre las más complicadas y resultar intimidante para los navegantes menos experimentados. Consiste en cambiar de amura la vela mayor, lo que, si sucede de forma descontrolada, puede ser realmente peligroso para la tripulación.

El peligro en una trasnochada accidental viene no solo del violento movimiento del barco, sino del rápido giro de la botavara, que puede golpear a una persona con una fuerza increíble y, en un día de mucho viento, resultar letal.

Por lo tanto, como vemos, el papel de las trapas y las contras o retenidas no debe ser desdeñado: son cabos que evitan que perdamos el control sobre las velas, la botavara y el tangón de nuestro barco, todos ellos elementos fundamentales para el buen discurrir de la navegación y nuestra propia salud.

Como en el caso de los otros cabos de la jarcia de labor, un factor muy importante que deberemos tener en cuenta al escoger nuestras trapas y contras es el material. Poliéster, nylon, aramida… las alternativas son numerosas, dependiendo de nuestras necesidades. Las opciones más habituales, no obstante, son el poliéster y el polietileno modificado Dyna.

El poliéster es un material que presenta una excelente carga de trabajo y un bajo estiramiento. Muy resistente a todos los elementos que pueden deteriorar nuestras sogas en el mar (los rayos del sol, la sal del agua marina, el propio roce causado por el trabajo con los cabos, etc.), el poliéster siempre es una opción excelente para la cabullería de nuestro velero, incluidas las trapas y las contras.

La otra gran alternativa, el polietileno modificado, es un material sintético de gran resistencia, poco peso y buena flotabilidad. Es el material más empleado para las almas de los cabos de mayor nivel y calidad, muchas veces recubierto de poliéster para protegerlo de la radiación solar y la sal.

Si no tenemos claro qué opción escoger, lo mejor siempre es consultarlo con un profesional. En cualquier caso, las trapas y contras deberán estar a la altura del resto de la cabullería de nuestro velero, dado el importante papel que desempeñan en la navegación, y para evitar accidentes.

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