El fondeo consiste en amarrar nuestro navío al fondo del mar por medio de un ancla. Para muchas de las personas que están empezando a navegar, el fondeo es una maniobra que genera dudas, ya que puede no estar claro cuándo el ancla se ha fijado realmente al fondo marino. Pero con un ancla adecuada por peso y dimensiones y un cabo de fondeo lo suficientemente largo, no deberíamos tener ningún problema.
Debe tenerse en cuenta que el fondeo en los fondos marinos arenosos o con fango, ya que permiten que el ancla se clave con mayor facilidad y se genera cierto efecto de succión que aumenta la fuerza del agarre. En las cartas náuticas suelen venir indicados los mejores lugares para echar anclas, así como otros en los que esta maniobra está prohibida por existir algún tipo de instalación submarina que podría dañarse con el ancla.
Cuando el ancla al final de nuestro cabo de fondeo no ha quedado bien enganchada al lecho, se produce lo que en náutica se conoce como garreo, que es el arrastre del ancla por el fondo.
La maniobra de amarre, por su parte, hace referencia al momento de asegurar el barco cuando llegamos a puerto y queremos atracar. El cabo de amarre se tiende desde las cornamusas del barco -salientes de metal que sirven precisamente para anudar sogas- hasta las del pantalán del puerto, ajustando bien la longitud para que la embarcación quede firme y no se separe de aquel.
El número de cabos de amarre que se utilicen en la maniobra dependerá del tamaño del barco, el viento y las condiciones del mar. Cuanto más viento sople y más fuerte sea la corriente, más cabos de amarre deberemos utilizar.
Debemos tener en cuenta que hay diferentes cabos de amarre, aunque no todos ellos se utilizan de forma obligatoria. Entre los que pueden o no usarse, según las circunstancias, encontramos los largos, los springs, los traveses y las coderas.
Siendo estas dos, como decíamos, maniobras realmente básicas -aunque no siempre sencillas- en el mundo de la navegación, es fácil entender por qué los cabos de amarre y fondeo son tan importantes, Sin ellos, sencillamente no podríamos detener ni fijar nuestra embarcación a ningún sitio, y esta quedaría a la deriva.
A los cabos utilizados en estas maniobras también se los llama estachas, un nombre general para cualquier soga utilizada en atraques y fondeos, así como en remolques.
¿Cómo elegir los cabos de amarre y fondeo más apropiados para nuestro barco? Además de la resistencia a los elementos (ratos ultravioleta del sol, sal marina, etc.), que constantemente atacan y deterioran todas las sogas de nuestro barco, tendremos que fijarnos en la capacidad de alargamiento y la resistencia a la rotura.
Las sogas de este tipo tienen que ser de un grosor considerable, muy resistentes, duras, para que no se rompan con facilidad a pesar de la importante presión que supone “sujetar” todo el peso del barco y mantenerlo inmóvil. Pero también han de exhibir una excelente capacidad de alargamiento, algo fundamental sobre todo en la maniobra de fondeo, en la que el cabo deberá amortiguar y absorber constantemente los golpes producidos por los vaivenes de las olas.
Además de escoger bien, deberemos asegurarnos de que nuestros cabos cumplen con su papel durante toda su vida útil. Esto implica mantenerlos en perfectas condiciones y lavarlos regularmente con agua dulce tibia y jabón neutro Los cabos de amarre y fondeo tienden a deteriorarse por el constante movimiento de la embarcación, así que cuando se produzcan abrasiones, deberemos utilizar también amortiguadores de amarras para minimizar los daños.